La búsqueda de una tecnología a la medida de las necesidades de las personas con discapacidad hace que muchas veces sintamos ansiedad cuando no encontramos en las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) una herram ienta rápida y sencilla.
Observamos, por ejemplo, como un joven con parálisis cerebral, con la inteligencia no afectada por su disfunción neurológica y disartria grave, al no interactuar con el medio, va quedándose rezagado lentamente con respecto a sus compañeros en su capacidad cognitiva y desarrollo afectivo-emocional.
Sabemos que hay recursos que pueden ayudarle, pero la solución no es tarea fácil. La comunicación es un acto complejo en el que ningún elemento carece de importancia, y los ordenadores personales, a veces, son todo menos personal.
Situaciones como éstas son las que nos llevan a buscar y utilizar las Tecnologías Adaptativas. Su definición no es única por ser un constructo complejo que alude a multitud de características que se producen en las interacciones hombre-máquina.
Provisionalmente, hasta que seamos capaces de encontrar otra mejor, la definiremos como el procedimiento (software y hardware) que permite la interacción amigable de la persona con la computadora para superar las barreras a las que está sometida debido a su discapacidad.